Patrick Modiano es un narrador de lo que podría denominarse “conflicto latente”, esos combates que subyacen, disimulados, en la cotidianidad, como es el caso de esos conflictos eufemísticamente llamados “de baja intensidad” en los que el hecho de que no sean claramente manifiestos no rebaja su importancia (ni sus efectos).
Las traducciones al castellano de las obras de Modiano van sucediéndose con un ritmo pausado pero constante, calando a los lectores en español, sin grandes aspavientos comerciales, y de la mano, en su mayoría, de avispados editores independientes. Un circo pasa (Un cirque passe, 1992) es la apuesta de la reincidente Cabaret Voltaire. Se trata de un Modiano cien por cien, una obra de un autor maduro que tiene tan clara su peculiar estética como esa temática que el lector reconoce, valora y admira.
El protagonista de la obra, a treinta años vista, recuerda cuando era un joven de dieciocho años en un momento vital muy particular: emergiendo de años de internado y con la amenaza del servicio militar a la vuelta de la esquina, estrenando una libertad de adulto en ausencia de su familia, una madre huida al sur de España y un padre exiliado en Suiza, por razones no aclaradas pero con apariencia de inconfesabilidad, que convive provisionalmente en la antigua vivienda familiar con un oscuro personaje al que se supone una especie de testaferro en los asuntos no excesivamente transparentes que llevaron a su padre al extranjero.
Un circo pasa concentra, en apenas 165 páginas de generosa tipografía, todas las obsesiones y los lugares comunes -dicho sea sin ninguna intención peyorativa- a los que nos tiene acostumbrados el autor, esos clichés en los que los modianistas reconocemos su mano y que tanto nos placen, razón de más para no perderse esta novela: a los seguidores del francés, un episodio más de su admirable obra; a los que todavía no lo han descubierto, un motivo excelente para acceder al Modiano más íntimo, personal y maduro; salvo excepciones puntuales, es difícil hallar altibajos en el conjunto de la obra del francés, pero, en todo caso, éste es un libro excelente que ningún lector debería perderse.
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