Hoy en día la editorial Easy Readers tiene presencia en dieciséis países y abarca ya más de doscientos títulos, así es que su relevancia en el sector de enseñanza de idiomas está fuera de toda duda. Pero a nosotros se nos antoja que quizá lo más importante de estos libritos adaptados esté más bien en la historia de su origen.
Bierger Schmith |
Una de las consecuencias de la invasión de Dinamarca por las tropas alemanas durante la Segunda Guerra Mundial fue la prohibición de publicar literatura inglesa. Esto generó un vacío en el mercado que aparentemente sólo podía ser combatido con el contrabando. Pero sólo tres años más tarde Birger Schmith, un empresario avispado y director de Grafisk Forlag, junto con un competente profesor de inglés, Aage Selling, idearon un modo de hacer llegar la literatura inglesa al gran público.
Este fue el origen de Easy Readers, una colección de lecturas graduadas para los colegios enfocadas al aprendizaje del inglés, aunque pronto acabó llegando más allá y popularizándose en el mercado general. En este caso el nombre de la colección no es gratuito, pues verdaderamente facilitaba la lectura y, además, en dos sentidos. Por un lado hacía posible leer en cualquier idioma aunque el conocimiento del mismo no fuera óptimo y, por otro, permitía leer libros prohibidos en la Dinamarca de la ocupación nazi.
Nosotros siempre hemos visto en esta pequeña historia de superación, de andar buscando en todo momento el modo de esquivar las adversidades o incluso de sacarles partido, una metáfora de la industria editorial. Los que trabajamos en el mundo del libro debemos ser zorros viejos para sobrevivir, hacer uso de mil artimañas para que el libro —ya sea en papel o en formato electrónico— acabe en las manos del lector.
Para saber algo más de Easy Readers, pincha aquí.
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