Hoy, día 21 de abril, se cumplen doscientos años del
nacimiento de una de las escritoras más conocidas e importantes de la
literatura inglesa. Hablamos de Charlotte Brontë, la mayor de las tres hermanas
Brontë y conocida por ser la autora de Jane
Eyre.
Los páramos de Haworth |
Generalmente, el nombre de las hermanas Brontë evoca la idea de tres mujeres escribiendo en el idílico paisaje de los páramos de Yorkshire. Pero ¿hasta qué punto es esta imagen real? Hoy queremos homenajear a Charlotte Brontë recordando su historia, la cual, por cierto, sirvió en buena medida como inspiración para Jane Eyre.
Comencemos diciendo que, aunque siempre hemos oído hablar de
“las tres hermanas Brontë”, en realidad Patrick y Maria Brontë tuvieron seis
hijos: cinco niñas y un niño.
La infancia de Charlotte estuvo marcada por las pérdidas. Nació
en 1816 y su madre murió en 1821. Maria y Elizabeth, las dos hermanas mayores,
murieron de tuberculosis en 1825, con diez y once años respectivamente. Ambas
habían estado internas en el mismo colegio que Charlotte, que por entonces
contaba nueve años . Ella siempre tuvo claro que las pésimas condiciones de
vida en el internado fueron la causa de la enfermedad de sus hermanas. El
colegio Lowood en Jane Eyre es un
reflejo de este internado, y muchos expertos sugieren que el personaje de Helen
Burns se inspira directamente en Maria, la hermana de Charlotte.
A pesar de este comienzo dramático, la infancia de Charlotte también tuvo etapas alegres. Tenía otros tres hermanos menores: Patrick Branwell, Emily y Anne, y con ellos se crió en la rectoría de Haworth, un pequeño pueblo del condado de York, bastante aislado y rodeado de páramos.
Imagen de los libros para los muñecos |
No tenían mucho contacto con los demás niños de la parroquia. En cambio, los cuatro tenían pleno acceso a la
biblioteca de su padre y fueron ávidos lectores. Pero este no era su único
entretenimiento: a lo largo de su infancia y adolescencia, los cuatro hermanos
desarrollaron una serie de reinos imaginarios como Angria y Gondal, en los
que mezclaban historia y ficción inventando personajes y aventuras para sus
muñecos. Los cuatro escribían estas aventuras e historias en diminutos libros,
revistas e incluso cartas, adaptadas al tamaño de los muñecos.
Retrato de las Brontë hecho por Branwell |
Ninguno de los cuatro dejó nunca de escribir. Branwell logró
publicar algunos poemas en un periódico, y se interesó también en el mundo del
arte. El único retrato que se conoce de las hermanas Brontë, de hecho, lo pintó
él. En un principio, los cuatro aparecían en el retrato, aunque más adelante se
cubrió a sí mismo. Nunca llegó a tener mucho éxito como autor y como pintor, y
una vida de excesos lo llevó a morir a la temprana edad de 31 años.
Debido a los escasos recursos económicos de su familia, Charlotte,
Emily y Anne se vieron obligadas a formarse para ser profesoras o institutrices;
un nuevo elemento autobiográfico que podemos ver en Jane Eyre y más adelante en Villette.
Ninguna de las hermanas disfrutaba de la profesión de
institutriz, y esto fue en parte lo que las llevó a intentar publicar alguno de
sus escritos. Bajo los seudónimos de Currer (Charlotte), Ellis (Emily) y Acton
(Anne) Bell, en 1846 consiguieron publicar una antología de poemas. Al año siguiente,
en 1847, las tres consiguen publicar sus respectivas novelas: Jane Eyre, de Charlotte, Cumbres
Borrascosas, de Emily, y Agnes Grey, de
Anne. La obra de Charlotte fue la más exitosa, pero su alegría por este hecho quedó
pronto ensombrecida por nuevas tragedias: en los dos años siguientes murieron
sus tres hermanos. Charlotte habría de
sobrevivirlos durante seis años más, en los cuales publicó otras dos novelas: Shirley y Villette.
En 1854, a los 39
años, se casó con el Reverendo Arthur Bell Nichols. Desde entonces no volvió a
escribir, quizás por presión de su marido. Pocos meses después se quedó
embarazada. Sin embargo, nunca llegaría a dar a luz, puesto que enfermó y acabó falleciendo en 1855, menos de
nueve meses después de su boda. Todavía
se desconoce la naturaleza de su enfermedad.
Dos años después, su amiga y también escritora, Elizabeth Gaskell,
publicó la biografía La vida de Charlotte Brontë
y consiguió que Arthur Bell publicara El Profesor, la
novela que Charlotte había escrito antes de Jane
Eyre y que no había conseguido publicar.
La influencia de las hermanas Brontë en la literatura no ha
dejado de crecer desde entonces, y el caso de Jane Eyre destaca especialmente:
ha sido traducida a múltiples
idiomas (un ejemplo curioso es esta edición bilingüe en árabe e
inglés) y adaptada a todo tipo de formatos: películas (la más reciente en 2011, dirigida
por Cary Fukunaga), miniseries, cuentos, dramatizaciones
radiofónicas, audiolibros,
obras de teatro, novelas
gráficas y mucho más.
Quizás gran parte de la importancia de Jane Eyre es la novedad que supuso presentar a una protagonista
femenina que lucha por encontrar su lugar en el mundo y mantenerse fiel a sus
principios. Fue una auténtica revolución en su época, y se considera una de las
obras precursoras (si no iniciadoras) de la literatura feminista. Irónicamente,
tanto Charlotte como sus hermanas tuvieron que publicar bajo seudónimo para que
sus obras fueran tomadas en serio.
Hoy en día, afortunadamente, sabemos quiénes fueron
Charlotte, Anne y Emily Brontë. Doscientos años más tarde actos conmemorativos
en todo el mundo nos sirven para recordar su importancia y la importancia de
las mujeres en la literatura. Así que, desde aquí, le deseamos a Charlotë
Brontë un feliz bicentenario. Happy Birthday!